Érase una vez en el centro
Después de recibir el impacto de un rayo eléctrico, la estatua de Francisco Morazán comienza a relatar —desde el mismo Centro de Tegucigalpa—, una gran variedad de historias sobre hondureños y hondureñas “como usted o como yo”, los cuales, por las cosas misteriosas del azar, van enfrentando cambios profundos e irremediables que marcarán y un antes y después en sus vidas.